En nuestra provincia existen empresas autorizadas para la venta de setas. Se recomienda no realizar la compra de productos micológicos a cualquiera. La correcta identificación de las setas por los recolectores es indispensable para evitar intoxicaciones que pueden llegar a ser muy peligrosas para quienes las consuman.
Recolectar setas y hongos es tan delicioso como consumirlas después, pero es fundamental recoger sólo los ejemplares de especies comestibles, conocidas e identificadas sin duda alguna.
Según la especie, una intoxicación de setas venenosas puede llegar a tener consecuencias graves para la salud e incluso provocar la muerte.
- Descarta los falsos mitos populares, como el que dice que las setas comidas por caracoles u otros animales no son tóxicas. No es verdad.
- Solo debes recoger setas en buen estado de conservación, ni rotas, ni parcialmente descompuestas, ni empapadas en agua, ni que se hayan helado por la noche.
- No recolectes setas de zonas que puedan estar contaminadas, como las cercanías de una carretera ya que pueden acumular metales pesados.
- Transporta tus setas y hongos en recipientes rígidos y bien aireados, como las tradicionales cestas de nombre. Así evitas que se aplasten o fermenten.
- Consúmelas con prontitud porque se alteran rápidamente. Si no lo haces, debes conservarlas en sitio fresco, preferentemente el cajón de las verduras del frigorífico.
- Cómelas con moderación y cocinadas porque facilitas su digestión.
- Si tras consumirlas experimentas algún síntoma extraño (dolor abdominal, hipersudoración, vómitos, diarreas, vértigo, postración, delirios…), acude inmediatamente al hospital. Y recuerda que debes llevar algún resto de las setas que has comido para que identifiquen la especie y te puedan aplicar un tratamiento específico.
- Y recuerda siempre llevar botas, mapa y brújula a tu salida al bosque.